galerIA de arte bahiense
Juan Carlos Cobian
Juan Carlos Cobián
"Muy poco tiempo después de su licenciamiento conocí personalmente a Juan Carlos Cobián.
Fue en la suntuosa mansión de antiguos gobelinos, lunas venecianas y valiosos Muranos propiedad de un gentil caballero de cincuenta años, de rostro noble, pálido y liso, como esculpido en el silicato de magnesio con que se hacen las pipas de espuma de mar."
"Media hora después, cuando el navío con fuertes pitadas ordenaba a los remolcadores que lo fueran sacando del muelle, Cobian permanecía algo sentimental, fumando apoyado en la baranda del deck.
Contemplaba aquel Buenos Aires que pronto quedaría atrás, en la línea indecisa del horizonte pero escarbando siempre en su corazón.
Un sol de invierno que lo envolvía todo con su torbellino de luz antemeridiana, filtrándose entre la fulígene de las chimeneas humeantes de los barcos, lo despedía aquella mañana de julio de 1923."
Por Enrique Cadícamo.
"No admiraba a Cartago, que prohibía el vino a los dignatarios durante el año que ejercían sus cargos, pero por haber leído que Sócrates se ganó la palma entre los bebedores, simpatizaba con el filósofo ateniense. Con unas copas y con la música, el pianista recomponía la unidad de su vida ideal. Vinum et musicam laeficant cor"
"Tan sólo fueron tres de sus tantos amigos, los que habían preferido no acostarse esa noche para acompañarlo hasta las 8 horas que salía el barco. Estos eran Julio De Caro, Luis Petrucelli y Pedro Maffia, quienes luego de fraternales abrazos lo vieron subir a la planchada.
Confundidos en la dársena, entre la gente que despedía a los otros viajeros, los tres amigos luego de enviarle los últimos saludos agitando sus sombreros se marcharon sin esperar la lenta salida del transatlántico."